El nacimiento del Método Tomatis®
- Lic.Valérie Pizarro Especialista Tomatis
- 28 may 2018
- 2 Min. de lectura
El joven médico, Alfred Tomatis, residente destinado en los hospitales de París (Bichat y, posteriormente, Bretonneau), se enfrenta a los horrores de la guerra tras el bombardeo de la capital en 1943. Una vez concluido el conflicto, es nombrado médico especialista de los Arsenales Aeronáuticos para que evalúe la audición de los obreros que están expuestos diariamente al ruido de los motores de los aviones y sufren sordera profesional. Entonces observa que las alteraciones del oído se acompañan sistemáticamente de una deficiencia vocal. Rápidamente relaciona los perfiles audiométricos de los obreros con los de los cantantes cuya voz, forzada al máximo, puede alcanzar el mismo número de decibelios que un motor de avión. Como los obreros, los cantantes han dañado su voz deteriorando su audición. Esta constatación le lleva a formular la existencia de un bucle audiovocal según el cual “la voz solo reproduce lo que el oído escucha”.

Alfred Tomatis detecta una diferencia fundamental entre la audición y la escucha: la audición solo incluye la recepción pasiva del sonido. Por su parte, la escucha consiste en seleccionar la información sensorial para dotarla de sentido. En aquel momento, diseña un aparato capaz de reeducar la escucha gracias a un sistema de báscula electrónica del sonido: se trata del Oído Electrónico.
En 1957, presenta los fundamentos de su Método en la Academia de las Ciencias de París. Actualmente, se conocen con el nombre de “Las Leyes Tomatis”. Estas leyes establecen lo siguiente:
La voz solo reproduce lo que el oído escucha.
Si la escucha se modifica, también se modifica la voz de forma inmediata e inconsciente.
Es posible transformar la voz de forma permanente gracias a una estimulación sonora mantenida durante un cierto tiempo (ley de remanencia).
En 1958, Alfred Tomatis presenta su primer Oído Electrónico en la Exposición Universal de Bruselas. Se le otorga la medalla de oro de investigación científica.
Para entonces, el doctor ya es padre de familia. Tuvo cinco hijos, entre ellos Christian, quien tras cursar Psicología, forma parte de la empresa familiar durante varios años. En esa época el joven ayuda a su padre y manifiesta una gran curiosidad por sus trabajos de investigación.
Y es que Alfred Tomatis continúa con la investigación. De hecho, colabora con numerosas universidades, situadas en Sudáfrica o en Canadá, y observa que el oído desempeña un papel fundamental en la postura y en el equilibrio, así como en la tonicidad muscular. Formula una hipótesis sobre la lateralidad auditiva y la existencia de un oído dominante. Por último, es uno de los primeros en señalar que el feto escucha la voz de su madre desde la decimoctava semana de gestación y que el oído interviene en su desarrollo cognitivo. Establece entonces que la escucha intrauterina es determinante para el desarrollo afectivo y emocional. Las interacciones que descubre entre otorrinolaringología y psicología dan lugar a la creación de una nueva disciplina: la audiopsicofonología.
Commentaires