¿Cómo armar una dieta sensorial en casa?
- Lic.Valérie Pizarro Especialista Tomatis
- 27 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 oct 2020
Los chicos con dificultades del procesamiento sensorial responden a su entorno de diferentes maneras.
Algunos chicos reaccionan exageradamente a estímulos externos, se agobian y se vuelven hiperactivos. Algunos reaccionan con poca intensidad y buscan estimulación sensorial. Otros chicos pueden parecer faltos de energía y necesitan más estimulación para funcionar. Algunos incluso pueden mostrar una combinación de estas reacciones, dependiendo del entorno.
¿Qué es una dieta sensorial?

Una dieta sensorial no tiene nada que ver con comida. Es una serie de actividades físicas y adaptaciones cuidadosamente diseñadas a la medida del niño para proporcionarle la estimulación que necesita. Las dietas sensoriales pueden ser usadas como parte de la terapia de integración sensorial. Completar la rutina de la dieta sensorial puede ayudar a que los niños logren el estado “en su punto” que los ayudará a poner atención, aprender nuevas habilidades y a socializar con otros chicos.
¿Qué significa lograr un estado “en su punto”? Para los chicos que tienden a estimularse excesivamente, su dieta sensorial los ayudará a pasar de un estado de excitación a uno de tranquilidad. Los chicos que sienten o parecen aletargados pueden lograr un estado “en su punto” haciendo actividades que los ayuden a sentirse más alerta.
El tipo de profesional que puede ayudar con esto es un terapeuta ocupacional. Un TO puede diseñar una rutina de actividades que se ajuste a las necesidades exactas de su hijo.
¿Cuál sería un ejemplo de una dieta sensorial?
Una dieta sensorial está formada por un grupo de actividades específicas para las necesidades de su hijo. Estas dependen de las dificultades sensoriales que tenga su hijo. Supongamos que su hijo es lo que un TO considera “de baja excitación” (queriendo decir lenta). Su rutina podría incluir:
20 saltos de tijera
Rebotar 20 veces sobre una pelota de ejercicios
Mantener la posición de yoga del niño feliz durante 10 segundos
Su hija repetirá este circuito de actividades una cantidad de veces determinada. Cada sesión debería durar de 10 a 15 minutos (los efectos pueden durar horas). Una vez que se establezca la rutina de su hijo, la realizará dos a tres veces al día.
¿Qué actividades podrían incluirse en la rutina de la dieta sensorial?
El TO observará a su hijo para determinar qué tipo de información sensorial busca o evita. El TO toma en cuenta esas preferencias cuando diseña la rutina. Estas son algunas actividades estándar que utilizan al crear una dieta sensorial:
Saltos de tijera o acostarse sobre el piso para hacer ángeles en la nieve
Volteretas
Tronco rodante (rodar hacia delante y hacia atrás)
Balanceo en columpios
Subir escaleras y deslizarse por el tobogán en los parques
Saltos
Lagartijas (puede modificarse empujando una pared o arrodillada)
Rebotar sobre una pelota de ejercicios con los pies sobre el piso mientras aplaude
Rodar una pelota de ejercicios sobre el estómago, hacia adelante y hacia atrás
Rodar una pelota de ejercicios sobre la espalda mientras permanece acostada en el piso para “hacer un sándwich”
Posturas de yoga como “perro cabeza abajo” o “niño feliz”, manteniendo la posición durante al menos 10 segundos
De frente a una pared empujar lo más fuerte posible. Las variantes incluyen pararse de lado y empujar la pared con un hombro, o empujar estando sentada con la espalda contra la pared, mantener las posiciones durante al menos 10 segundos
Actividades arduas en casa bajo supervisión como barrer, quitar el polvo, aspirar, cargar y llevar las bolsas del mercado del auto a la casa
Moverse como un animal, como el movimiento del cangrejo (con las cuatro extremidades hacia el techo) o el del oso (las cuatro extremidades hacia el piso)
Una dieta sensorial, además puede incluir otras actividades enfocadas en dificultades sensoriales específicas. Una técnica llamada “Protocolo Therapressure” (también llamada “brushing”), puede ser muy útil para algunos chicos. Pero requiere haber sido entrenado por un OT ya que no es algo que los padres puedan hacer sin la orientación de un profesional.
Además de las actividades físicas, la dieta sensorial puede incorporar otras experiencias sensoriales para ayudar a su hijo a sentirse “en su punto”. Estas podrían incluir juguetes relajantes, mantas con lastre (con peso), o que coma alimentos crujientes a lo largo del día.
Otras maneras de ayudar
A menudo, los niños se benefician si siguen su dieta sensorial cuando están en la casa. Puede empezar a armar una rutina para su niño para lograr la integración sensorial que su hijo necesita.
Una dieta sensorial por lo general es solo una parte del tratamiento de las dificultades del procesamiento sensorial. Es más efectiva cuando se combina con otras intervenciones. Infórmese sobre otras cosas que puedan ayudar a las dificultades del procesamiento sensorial como los grupos de habilidades sociales o la terapia ocupacional como el Método Tomatis que complementa muy bien con la Terapia Ocupacional.
Para aprender más, hable con un experto sobre las dietas sensoriales.
Escrito por Keri Wilmot - Terapeuta Ocupacional
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